En líneas generales un jubón o gambesón es una prenda rígida,
similar a una chaqueta, que cubría desde los hombros hasta la cintura y que
estuvo de moda en Europa en los siglos XV, XVI y XVII. Procedía de una prenda
militar llamada jubón de armar, en uso en la Edad Media, confeccionada en
varias capas de tela y rellena de algodón, estopa o borra. Se llevaba encima de
la camisa propiamente dicha y debajo del arnés, para así proteger la piel de
las posibles rozaduras de la armadura. Iba unido a las calzas, prenda que cubre
las piernas, mediante cordones. Aunque estaba bien visto vestirlo en la corte,
dado que denotaba la importancia del caballero que la portaba, al tratarse una
prenda de interior no se podía mostrar directamente en público, por lo que
tenía que ir cubierta por alguna otra, dejando sólo al descubierto las mangas y
el pecho, lo que permitió que fuesen desmontables y confeccionados en
diferentes tejidos y siendo por lo general las partes que se mostraban
ricas y elaboradas.
Si algún día decidís confeccionar una prenda así, os recomiendo
que primero os documentéis viendo algunos retratos de personajes históricos de
la época en la que estáis interesados. Os ayudará a inspiraros y a tener una
idea general del modelo que queréis seguir. En mi caso mediados del siglo XVI.
Todos los cuadros guardan una
historia que va más allá de la que representan sobre el lienzo. A la hora de analizar la creación de una imagen hay que
tener presente las posibilidades que el
arte ofrece como medio propagandístico. Por lo general los colores, los dibujos
de los estampados y de los adornos del vestido no están por casualidad o por estética.
En ocasiones señalan las cualidades o están ahí a modo de amuleto que cubre al
personaje que se viste con esa prenda.
Un ejemplo fácil de entender: si veis un retrato donde el personaje lleva
en la mano una granada, esto no significa que esa persona es una apasionada de
la fruta del gradado. La granada, por sus múltiples semillas, siempre ha sido
símbolo que representa la abundancia, la riqueza y la fertilidad.
De igual modo sucede con repeticiones numéricas, mediante pliegues,
frunces, adornos o repeticiones de algunos dibujos, aparentemente distribuidas
en el vestido de modo casual y que algunos casos parecen seguir un patrón
estratégico similar al que siguen los puntos de acupuntura.
Otro ejemplo. Una camisa lleva en la espalda 8 pequeños pliegues en el
escote, por debajo del cuello, próximos a la altura de la nuca. En apariencia
su función es únicamente la de dar holgura a la prenda. También por otra parte
el número 8 nos habla de la organización, la perseverancia y el control para
producir logros materiales y espirituales.
Es lógico entender que en aquel momento la moda en el vestir estaba
influenciada por la opinión de alquimistas, astrólogos y físicos. No sólo se
protegía el cuerpo de las inclemencias del tiempo, también de lo psíquico.
Descubrir todo esto hizo que mi cabeza reaccionase y se despertase en mí el
interés por el mundo de la Moda. Un vestido ya no sólo es una prenda que sirve
para cubrirse el cuerpo. También es una herramienta que sirve para contar una
historia o para utilizarla como escudo protector a modo de amuleto.

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