En 2012 una exposición producida por el Musée des Beaux-Arts de Montréal en colaboración con el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre y la Maison de Jean Paul Gaultier, dedicada a este diseñador francés considerado el “enfant terrible” de la moda y cuyas imágenes son hoy el motivo de esta publicación.
La exposición, más que una retrospectiva de su obra, era una instalación compuesta por 110 modelos de alta costura y prèt-a-porter, más de 50 bocetos, piezas audiovisuales, extractos de desfiles y primeros diseños y fotografías, que daban testimonio de las arriesgadas e innovadoras propuestas que han marcado la trayectoria de Gaultier. La muestra también ofrecía algunas obras inéditas, así como piezas de vestuario cinematográfico, debido a la estrecha relación del artista con el mundo del cine, la moda y la danza.
Reconozco que quedé gratamente sorprendido y que descubrí un Jean Paul Gaultier para mí hasta entonces desconocido. Un genial artista que busca las fuentes de inspiración en la calle y que también es en ella donde está su objetivo. De la calle a las estrellas.
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