sábado, 8 de julio de 2017

Desfile de Moda Nicolás Larburu 2016 – Inspiración

 Si en ocasiones es complicado documentar la fuente de inspiración de un diseño, está lo es aún más por no tratarse de una colección individual sino colectiva. Hay una inspiración general, en este caso el cine, dividida en periodos de tiempo por equipos. A mi equipo le correspondió el periodo del 2000 en adelante y decidimos que nuestra fuente de inspiración debía de ser futurista. Nuestro trabajo giraría entorno a “Los Juegos del Hambre”. Hicimos algunas propuestas y de los 5 diseños que teníamos que crear y confeccionar, yo me encargaría del último.

Después de visualizar varias veces algunas películas de la saga “Los Juegos del Hambre” y ver que grandes diseñadores de hoy en día habían participado con sus creaciones en el vestuario, me entró algo de pánico. Para un principiante era todo un reto.


Haciendo por seguir la estela de la trama del argumento, decidí que mí diseño tenía que ser para un evento importante, tal vez el de una boda, el de una novia diferente, y busqué inspiración en algunas simbologías.

Recordé el papel fundamental que juega la “ajuntaora” en el ritual de una boda gitana verificando que la novia es virgen y que manchó el pañuelo con tres rosas. Me vino a la cabeza la imagen de una rosa levitando de un cuadro de Dalí.


También me acordé de la imagen de un pequeño dibujo pintado por mí hace unos años, perteneciente a una serie que trata sobre los sentimientos humanos y en la que me expreso mediante dibujos de flores. Estar enamorado hace cometer locuras, ir de culo, por lo que la imagen es la de una rosa pintada desde atrás.


Tenía claro que las rosas y las flores tenían que estar de un modo u otro en mi diseño.


Por otra parte también pensé que el motivo del evento en el que se luciría el vestido sería de felicidad y que el diseño tenía que invitar a ello. Según una encuesta sobre los efectos terapéuticos de las labores manuales, más de la mitad de los encuestados informó que bordar les hacía sentirse “muy feliz”. Y muchos dijeron que bordaban por los efectos de relajación y alivio del estrés y la creatividad.


Respecto a los colores: el negro simboliza la elegancia y la sofisticación, la gama de amarillos la alegría, la confianza, la energía y la vitalidad.


El resultado es el que muestro a continuación. Una vez estudiadas todas estas ideas diseñé y confeccioné un vestido totalmente armado, de largo por debajo de la rodilla, cuerpo ajustado, sin mangas, con escote barco y falda con vuelo mediante tablas abiertas y varias capas de tul que le dan volumen. Realizado todo él en seda de color negro con bordado de grandes ramilletes florales en gama de amarillos en la falda.


Esta imagen corresponde a la última prueba.

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