El Centro Cultural, El Espolón de
Comillas, ha presentado en Julio y Agosto de 2017 la exposición “Comillas se
viste de Época”. Los trajes que conforman la muestra, así como los complementos
que los acompañan, han sido diseñados y confeccionados artesanalmente por Vera
Simons van Mourik. Según la moda de entonces son ricos en detalles y en amplitud
de las formas. Vestidos largos de sobrecargada
ornamentación y variedad de tejidos, todo ello rematado con pequeños bolsos,
sombrillas y sombreros sumamente elaborados y adornados con plumas.
Una
de las épocas en la que mejor se reflejan los cambios sociales en la vestimenta
es a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Es un periodo
caracterizado por la elegancia y el refinamiento. Los patrones que regían la
moda eran estéticos, siendo secundarios la comodidad y el bienestar físico de
la mujer.
Se impulsa la silueta en forma de
"S", que implicaba un vestido que realzaba un talle extremadamente
estrecho, un pecho generoso y proyectado hacia delante y una protuberancia en
la parte posterior de la falda. Este es el denominado "cuerpo perfecto
eduardiano". Los fabricantes de ropa interior idearon varios tipos de
corsé para conseguir las diminutas cinturas que este estilo requería. Este tipo
de siluetas se parecían a las sinuosas formas orgánicas que eran el ideal del
Modernismo. Lo mismo pasaba con los sombreros, que se hicieron más grandes y se
decoraron con ornamentos más extravagantes, incluso con pájaros disecados. Apareció
una estricta etiqueta social con relación al atuendo, y las mujeres debían
cambiarse unas siete veces al día si querían seguir los dictados de la sociedad.
Todos estos elementos suponían
restricciones a la libertad de la mujer y el corsé llegó a dividirlas en dos
grandes grupos muy diferenciados, las que lo usaban, y las que no, que eran un
porcentaje bajo de librepensadoras. Por este motivo, por la carencia de corsés,
los trajes de la exposición pertenecen a este segundo grupo de mujeres. Mujeres
que despertaron de su estado de postergación y exigieron cada vez con mayor
fuerza su derecho a la educación, al trabajo y al sufragio.
Desde aquí y una vez vista la buena
calidad del trabajo de confección de Vera Simons van Mourik, la animo a que
continúe con la investigación y a que vaya un poco más allá con su trabajo.
Marcará una gran diferencia y sus trajes serán considerados completamente de
época.




